Falsa transparencia

Pasa el tiempo y aprendo. A guantazo limpio, como una ola que te revuelca en el momento menos esperado, así llegan las lecciones. Ser buena persona no es una elección. Ser confiada y creer que todo aquello que te rodea se puede parecer a nosotros es el peor error que se puede cometer. Es increíble que premiemos la confianza con la conveniencia o la entrega con el egoísmo. ¿Cuántas personas nos tienen que abofetear a lo largo del camino para aprender y saber en qué momento dar lo mismo que vamos a recibir?.

El mundo está lleno de personas y cada día que pasa de mi vida me doy cuenta de que la gran mayoría buscan un interés, que la familia que elegimos a lo largo del camino siempre nos puede fallar y que la persona que pensabas que era importante te traiciona en la siguiente calle sin poner el intermitente. No creo que se pueda cambiar pero si educar. Aprender a ponernos una alarma cuando la caída emocional va a ser fuerte y dolorosa. Lagrimas que lloran la falsa transparencia de quien nos hace fuertes cuando desaparecen. Guantazos limpios, inesperados, vacíos. Ellos nos ayudan a reaccionar aunque no siempre sea el primero el que nos abre los ojos y existan las segundas oportunidades. 




Quizás hoy no pero algún día llegarán personas que enseñen que ser bueno es un privilegio y que alegrarse por la felicidad de quien logre algo, por mínimo que sea, alimenta el lado derecho de nuestro cuerpo. 
Doy gracias por no ver esas señales que tantas veces me advertían que tenia que soltar el pedal, por enseñarme que se puede perdonar pero no olvidar y lo más importante,  por levantarme y seguir caminando.








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